Lejos del tópico que el senderismo no es una actividad veraniega, el pasado 2 de agosto, en pleno apogeo estival, me armé de valor y decidí subirme a las alturas a realizar una ruta que llevaba tiempo rondándome. De sobra sabía que a estas alturas del verano no iba a ser un día muy recomendable para pegarme ese "tute" y retar al calor con ese desafío de distancias y desniveles a salvar. Pero ya otros años he podido disfrutar como a esas cotas parece que siempre es la misma estación (húmeda), y que el calor apenas hace mella en el paisaje. También otro encanto añadido es el verdor del follaje de los quejigos de alta montaña, en contraste con las desnudas ramas que lucen el resto del año. El resto sigue siendo igual de espectacular todo el año...
Para empezar, uno se encuentra con el hándicap del acceso a los senderos por el lado yunquerano, ya que permanece cortado en parte durante el vareno, con lo que los miradores (Ceballos y Saucillo) aún quedan un poco más lejos, siempre a pie. En cuanto el recorrido, si que tenía claro lo que quería hacer, siempre a expensas de las altas temperaturas y del estado de mi rodilla derecha, tan poco dispuesta a aguantar largas jornadas de un tiempo a esta parte. Esta sería un poco la foto de la ruta:
Huyendo de datos técnicos (distancias, desniveles, pendientes, coordenadas...), de los cuales nunca he sido demasiado aficionado, esta sería la memoria de algunos de los lugares por los que pasé:
- Pinsapar. Este primer tramo nos cautiva con su frondosidad y verdor, incluso en verano. En ciertas cañadas (Juanisco Huelva, por ejemplo) al pasar se siente un gran descenso de las temperaturas. Este tramo es "un calentamiento de motores" para lo que nos queda de recorrido.
- Altos de la Caína. En esta explanada, junto a la recién restaurada Era de los Gamones, se observa el rigor de las temperaturas y cómo el verde tapiz que cubre el terreno durante el resto del año se torna en un manto seco y marrón.
- Cañada de la Perra. Última gran subida, entre pinsapos y quejigos, para alcanzar cotas de 1.700 en la meseta de Quejigales. No deja de impresionarme los grandes ejemplares de pinsapo que nos encontramos en esta cañada, destacando el famoso pinsapo de la Perra.
- Terrenos llanos...Pasamos cerca del peñón de los Enamorados, Cerro Alto y el nevero de Tolox, los Hoyos del Pilar y sus cavidades... Terrenos erosionados por la acción del agua, con caprichosas formaciones en la roca.
-Pilar de Tolox. En días como hoy se asemeja a un oasis en pleno desierto, con su cobijo del sol y su agua siempre fresca. Hoy disfrutaremos del descanso en este lugar y observaremos la Torrecilla, siempre retando a los montañeros. Hoy tu ganas, me quedo abajo.
-Regreso, pasando por Enamorados, los Ventisqueros, El Cuco... Hasta introducirnos por fin en el frescor del pinsapar de la cañada del Saucillo.
Al final una jornada de casi 7 horas de caminata y unos 23 km de espectaculares vistas al sol del verano. La Sierra una vez más, es agradecida con el que sube a visitarla.
Un esfinge colibrí libando de un cardo. ¡No es un pájaro, es un insecto!
Enormes cardos junto a "Los tajillos de Mateo",
lugar frecuentado por los pastores de Tolox.
Al fondo el Peñón de los Enamorados.
Tras remontar la Cañada de la Perra.
Al fondo la Costa del Sol, símbolo del turismo veraniego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario